Cuando uno se halla habituado a una dulce monotonía, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ningún género de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir que se aburre todos los días.
si... si...si ...te quiero tanto
Publicar un comentario
1 comentario:
si... si...si ...te quiero tanto
Publicar un comentario