martes, 14 de octubre de 2008

Ruta Nacional N° 3

En eso estaba yo, cuando una inmensa polvareda se acercaba rápidamente, quebrando el silencio de la soledad. Cuando se disipo el rugido de motores, el olor a combustible quemado y se acento el polvo, regrese de nuevo a mi misma.
Ahí estaba , sentada en el medio de la nada, sin saber que hacer, o hacia donde encaminar mi destino. Contaba con algo de dinero como para moverme y salir definitivamente de esa vida que empezaba a tediarme.
Me sorprendí cuando oía que me llamaban, puesto que no había otra persona mas que yo en kilómetros, y esos caminos rurales son un verdadero infierno en verano. Lo que antes paso como una nube de ruido y polvo ahora era un auto rojo con alguien adentro que me llamaba.
Me acerque y sorprendida al comprobar que se trataba de una mujer de no mas de 30 años que me observaba detrás del volante.
Me pregunto si sabia como llegar a la ruta internacional. A lo que respondí que no sabia que eso existiera. Si hacia referencia al camino nuevo, eso quedaba mas o menos cerca, pero tendría que dar algunas vueltas de mas para poder entrar.
En el mismo momento que le decía esto, mi destino comenzaba a trazarse.
Le pregunte para que necesitaba ir a esa ruta, sino le molestaba mi intromisión, porque al fin y al cabo no tenia porque excusase ante mi. Si me daba una razón mas o menos loable, le prestaba mi orientación por esta zona, a cambio de que me lleve. Le pagaría el combustible.
De inmediato sin mediar mas, emprendimos el intrincado camino por los senderos rurales hasta llegar a la arteria de cemento. Pasadas dos horas en silencio y con mucho calor, me pregunto sino me molestaba contarle de que escapaba.
¿Escapar? ¿Por que supone que me estoy escapando?. Aparentemente, me dijo que no es común que jóvenes de mi edad se aventuren solas al camino, sino es para prostituirse o escapar de algo mas o menos así de humillante.
No me escapo de nada de eso, me escapo del olvido.- Comenté. y seguí viendo el paisaje que pasaba a mi derecha por la ventana.
En la primera parada, ya entrada la noche, para hacer combustible, estirar las piernas y comer algo, me pregunto si tenia interés de saber hacia donde nos dirigíamos.
Mientras no sea de donde vengo, cualquier lugar es propicio para comenzar algo de cero.
Con el transcurso del tiempo empecé sola a hablarle de mi, sin que me lo pregunte.
Me voy porque me canse que no pregunten por mi. Me produce odio la ignorancia, de cualquier tipo.
Le conté mi última llamada. " la doctora esta con un paciente ahora, no puede atenderla, cuando termine ella la llama, gracias"
Al final, uno termina recibiendo ayuda de gente que no conoce y que no necesita llenarse la boca diciendo paparuchadas sobre la amistad y la honra, que termina demostrar que no posee... Creo que mi familia me va a entender, y va poder comunicarse conmigo, si realmente me conoce, así como también aquellas personas que se extrañen de mi ausencia, saben donde me pueden encontrar aunque ni yo sepa a donde me dirijo.

Fueron varios los soles que vi salir y volver a entrar por la derecha de mi ventana, hasta que por fin detuvimos la marcha.

1 comentario:

Yana dijo...

Uno tiene que ir en busca de su propio camino, muy bueno el post. Nos vemos!!

http://sietesirenasvasaquererpecar.blogspot.com